Lo mejor de la revolución es que ya ha sido hecha por otros antes.
Pero los mismos han colgado sus estandartes
en alguna sospechosa muerte del alrededor.
De lo que ha sido dicho con palabras
a nosotros nos tocará la muerte del espejo
“la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos”
Eco de mi propio nombre ausente
Como todos los nombres de las rocas,
cada piedra tiene su propio eco
vocabulario adelgazado de raíz
vocabulario sin raíz ni pertenencia.
Eco de mi propio estómago, que entrego a donación precaria, de todo lo que no tengo
las palabras huérfanas, que siempre han sido de ese modo.
poesía intuitiva
sábado
viernes
quizás el amor sería eterno , si no fuésemos tan humanos
ay, mi amor, ahora cuanto nos queremos
desembocan lúcidos sobre nuestros ojos
comentarios nimios del amor presente,que no siempre precede el instante eterno
en que no he de aguardar otra cosa, que no sea tu rostro
ay, amor,y es ironía dulce,que este instante eterno no durará por siempre
y hasta veo como puedo desatar la espina a sembrar tu pecho de un amor de flojeras
si a la calidez de lo noctambulante se le agregan unas horas más,
todo se va de boca,
todo se va de boca por nuestras bocas,
y mirarnos es la voz que no nos dice nada.
Me miré de pronto en una esquina que cruzó de calle conmigo, yo no tenía más labios y aun vos escuchabas mis quejas,
Que verdaderas son las persianas!
cuánta ferocidad en la calle, de abrir y cerrar los ojos sólo se trata.
desembocan lúcidos sobre nuestros ojos
comentarios nimios del amor presente,que no siempre precede el instante eterno
en que no he de aguardar otra cosa, que no sea tu rostro
ay, amor,y es ironía dulce,que este instante eterno no durará por siempre
y hasta veo como puedo desatar la espina a sembrar tu pecho de un amor de flojeras
si a la calidez de lo noctambulante se le agregan unas horas más,
todo se va de boca,
todo se va de boca por nuestras bocas,
y mirarnos es la voz que no nos dice nada.
Me miré de pronto en una esquina que cruzó de calle conmigo, yo no tenía más labios y aun vos escuchabas mis quejas,
Que verdaderas son las persianas!
cuánta ferocidad en la calle, de abrir y cerrar los ojos sólo se trata.
Todos somos jueces internos de la gracia,
sin reconocer
como el viento a la orilla
todo lo que se escuece por si mismo
ensimismado
destruyendo el instante hasta de cualidad docta
La doctrina
me mira desde la cama de abajo,
¿Cómo es que hace la doctrina para ser anterior a mí misma?
El hombre es un receptáculo de códices, de códigos,
que encimados como están, están y punto
Yo soy el hombre, pero como puedo creer que soy uno sólo,
si no hago más que subdividirme?.
Mi orgullo de ser sensible
no me deja hablar mientras tengo que oír
a otros siendo tan yo, más yo que yo mismo.
sin reconocer
como el viento a la orilla
todo lo que se escuece por si mismo
ensimismado
destruyendo el instante hasta de cualidad docta
La doctrina
me mira desde la cama de abajo,
¿Cómo es que hace la doctrina para ser anterior a mí misma?
El hombre es un receptáculo de códices, de códigos,
que encimados como están, están y punto
Yo soy el hombre, pero como puedo creer que soy uno sólo,
si no hago más que subdividirme?.
Mi orgullo de ser sensible
no me deja hablar mientras tengo que oír
a otros siendo tan yo, más yo que yo mismo.
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